28 de octubre de 2011

Voces sobre nuestro destino

Dice John Stuart Mill en Del gobierno representativo que todo sistema político que priva al individuo de "una voz potencial en su propio destino" socava las bases de la dignidad humana y pone en peligro la justicia social. 
¿Qué voz hemos tenido los individuos desde que estalló la crisis? Ninguna. ¿Dónde queda entonces nuestra dignidad y donde la justicia de nuestra sociedad?

Tal vez el viejo Dylan nos dé algunas pistas. Son sólo preguntas, claro. Dylan nunca ha tenido respuestas. Las respuestas estaban flotando en el viento.

26 de octubre de 2011

Democracia, esa palabra

Comienzo hoy a leer Modelos de Democracia, de David Held, uno de los libros de texto para del Máster Política y Democracia que acabo de empezar. En su introducción hay muchas perlitas. Destaco una de ellas:

"La historia de la democracia es a menudo confusa, en parte porque todavía es en gran medida una historia activa, y en parte porque las cuestiones son muy complejas... Las ideas y prácticas democráticas sólo pueden ser protegidas a largo plazo si se profundiza su arraigo en nuestra vida política, social y económica".

Es decir, que la democracia es algo que hay que conquistar día a día. Como el amor, como la amistad. Como las cosas importantes.

Tras escuchar esta verdad (revelada), unamos todos nuestras voces a la del también revelado Leonard Cohen, brillante premiado que realza el nombre del Príncipe de Asturias.

20 de octubre de 2011

Los partidos cartel, un mal ¿necesario?

Acabo de empezar a bajarme de la plataforma de la UNED los contenidos de las asignaturas del Máster en Política y Democracia, una nueva aventura en la que me embarco. Comienzo a ojearlos con el entusiasmo de las nuevas tareas y en las primeras páginas ya me encuentro con conceptos estimulantes. Katz y Mair hablan del sistema de partidos cartel. Estos son los partidos que dependen "en gran medida" de las subvenciones estatales sobre las que ellos mismos deciden. Basan su funcionamiento en la profesionalización de sus miembros y, en el fondo, remiten a una concepción de la política en que ésta "se considera más UNA PROFESIÓN QUE UNA MANERA DE ALCANZAR LA REFORMA SOCIAL". En este modelo partidario, "los partidos son CORPORACIONES DE PROFESIONALES, NO ASOCIACIONES DE, O PARA, LOS CIUDADANOS". ¿Os suena?

17 de octubre de 2011

Lecturas - Sobre la muerte

No, no me malinterpretéis. No estoy deprimido, ni pasando un mal momento. Más bien al contrario. Ocurre simplemente que, leyendo un libro que se titula Tumbas de poetas y pensadores, de Cees Nooteboom, al que ya he hecho referencia en este blog, no es nada complicado que te asalten reflexiones sobre la muerte. Me encontré con un par de ellas muy brillantes las últimas noches. Pero, antes, me gustaría, a modo de introducción, justificar ocupar una parte del cyberespacio con material sobre un tema que, de entrada, nos resulta tan rechazable. Es una cita de El laberinto de la soledad, el genial y ultrarreconocido ensayo de Octavio Paz sobre el carácter mexicano:

"El miedo nos hace volver el rostro, darle la espalda a la muerte. Y al negarnos a contemplarla, nos cerramos fatalmente a la vida, que es una totalidad que la lleva en sí... Muerte y vida son contrarios que se complementan... El hombre puede trascender la oposición temporal que las escinde -y que no reside en ellas, sino en su conciencia- y percibirlas como una unidad superior... Debe abrirse a la muerte si quiere abrirse a la vida".

El libro de Nooteboom no trata sobre el carácter mexicano, pero sí sobre la muerte y sobre la poesía y la literatura como una esperanza de escapar al fin definitivo. Lo hace sin grandes teorías. Lo hace rememorando peregrinaciones sentimentales a las tumbas de poetas y pensadores que, de una u otra forma, le han fascinado. Poetas, pensadores, literatos en general, hijos de literatos. A veces, Nooteboom comparte con nosotros sus impresiones. A veces, se limita a citar textos de los exquisitos cadáveres a cuyos túmulos peregrina (o cuyos túmulos le salen al paso por azar, en ocasiones mientras busca otros túmulos famosos).

El libro cita a un Chateaubriand ya anciano, recordando. Es probablemente el Chateaubriand que está escribiendo sus Memorias de Ultratumba (la cita es indirecta) el que asegura:

"Para mí nada desciende a la tumba; todo lo que he conocido vive en torno a mí: según la doctrina india, la muerte, al tocarnos, no nos destruye, sólo nos hace invisibles".

Ante la tumba de T. S. Eliot, Nooteboom recuerda su poema East Coker:

"En mi principio está mi fin... / ...Vuélvese / más extraño el mundo a medida que envejecemos, / más complicada la trama de muertos y vivos. / ...Debemos quedarnos quietos / y movernos hacia otra intensidad / para lograr mayor unión, una comunión / más profunda en la fría desolación oscura, / entre los gritos del viento y la ola, / ...En mi fin está mi principio".

Wilhelm von Humbolt es citado más tarde. Son palabras tomadas de una carta dirigida al dramaturgo Friedrich Schiller tras la muerte de su pequeño hijo de nueve años:

"Esta muerte me ha quitado toda la certidumbre de la vida. Ya no confío en mi suerte, en el destino, en la fuerza de las cosas. Si esta vida ágil, florenciente, llena de energía, pudo perecer tan de repente, ¡qué es seguro?... Cuando a uno se le muere un ser al que amaba tiene una sensación completamente distinta. Uno cree pertenecer a dos mundos".

Por último, unas palabras de Eugène Ionesco:

"No sé muy bien si sueño, o si recuerdo, si viví mi vida o si la soñé. El recuerdo, igual que el sueño, me hace sentir profundamente la irrealidad, la evanescencia del mundo, imagen fugitiva en el agua movediza, humo coloreado. ¿Cómo todo lo que resiste entre firmes contornos puede apagarse? La realidad es infinitamente frágil, precaria, todo lo que viví duramente se hace triste y suave. Quiero retener todo lo que nada puede retener. Los fantasmas. Soy un muñeco de nieve a punto de fundirse. Resbalo, no puedo retenerme, me separo de mí mismo. Estoy cada vez más lejos, soy una silueta y, luego, un punto negro.
"El mundo va a helarse. Una insensibilidad polar ha empezado ya a extenderse sobre nosotros. Y luego va a hacer un gran sol que hará fundirse esos bloques de hielo, y luego habrá un vapor, la bruma misma se desvancerá en la luz azul. No quedará ninguna huella".

¿Negros pensamientos? No tanto. De cualquier manera, es mejor rogar -y trabajar- por conservarnos siempre jóvenes, incluso después de muertos. 

11 de octubre de 2011

Literatura e inmovilidad

"Si uno permanece sentado totalmente inmóvil se transforma, sin leer, en literatura. para ello no hay que hacer nada en absoluto, solo que, al final de la tarde, es una tarea algo laboriosa limpiarse las letras adheridas a la piel"
(Tumbas de poetas y pensadores, Cees Nooteboom)

10 de octubre de 2011

Postal desde Italia - Tarde en Venecia


¿Te acuerdas, princesa, de aquella tarde? Ganamos todo el tiempo que perdimos sentados en el muelle de la aduana. Enfrente de nosotros, el Campanile y la fachada en obras del palacio de los dogos. Un poco más a la derecha, la isla de San Giorgio. Alguna gaviota y turistas japoneses y brasileños nos distraían de vez en cuando del lánguido atardecer y del amor. Y la tarde fue cayendo, como un manto de paz sobre el agua que parecía el latido de la tierra contra el pecho de su amante la piedra milenaria que es un sueño de locura en Venecia, esa ciudad imposible.


Éramos locos en una ciudad de sueños, repletas de fantasmas de las tres religiones del libro. Los espectros de los comerciantes turcos nos contemplaban con envidia desde sus navíos hundidos mucho tiempo atrás por indecibles tormentas que los sorprendieron más allá del Lido. Ellos fueron ricos y vivieron vestidos entre ricos tejidos. Pero nosotros estábamos vivos.


Hugo Pratt, acompañado por Corto Maltés y el Barón Corvo brindaron por los dulces enamorados en una vieja taberna del Dorsoduro, en la que nos los habíamos cruzado, sin advertir su presencia, aquella tarde. Nosotros vimos sus sombras, pero las confundimos con las de unas gaviotas. Ellos, sin embargo, repararon en la blancura de tu vestido que aunque amplio transparentaba la belleza de tus formas.


El viejo rabino Melquisedec, que nadie sabe todavía como pudo escapar a la Shoá, se mesó su larga barba totalmente canosa y empezó a consultar los viejos libros de la Ley, incapaz de decidir por sí mismo si tanta felicidad era pecado. Pero tuvo que desistir enseguida, pues se quedó prendado de la dulzura de tu risa.


Todos los turistas se habían ido ya cuando la noche terminó de despertar a los fantasmas y Venecia no era Venecia, sino tan sólo un juego de luces y sombras espectrales. Entonces conocimos con certeza que la verdad que hasta ese momento tan sólo habíamos intuido era cierta: Venecia no existe. Es tan sólo una alucinación colectiva, un espejismo que surge en medio de una laguna de aguas pantanosas, un fuego fatuo hecho del fósforo que despiden los huesos de los muertos que la historia arrojó en un rincón perdido del Mar Mediterráneo. Muertos inesperados que no se resignan a dejar de soñar con la vida, aunque tenga que ser a través de otros.



9 de octubre de 2011

¿Hacia el colapso? - III

Termino el libro Colapso, de Jared Diamond, sobre el que ya he hablado aquí en otras ocasiones. Por refrescaros la memoria, si no queréis repasar los dos post anteriores sobre la cuestión, os recuerdo que es un estudio a medio camino entre la antropología, la ecología, la historia, la sociología y la economía de por qué unas sociedades perduran en el tiempo y por qué otras desaparecen.
La conclusión de Diamond, tras estudiar sociedades que desaparecieron en el pasado (la isla de Pascua, las grandes ciudades-estado mayas, las colonias noruegas de Groenlandia...) y estudiar otras que han conseguido sobrevivir (Islandia, algunas sociedades de Nueva Guinea, la isla de Tikopia) es que nuestra sociedad planetaria como tal se haya en peligro de desaparición.
En un mundo en donde todos estamos interconectados, no podemos pensar, dice, en salvaciones o condenas de sociedades particulares. O nos salvamos todos -en lo que a problemas medioambientales se refiere- o nos hundimos todos. Y matizo mi matización: cuando Diamond habla de problemas medioambientales habla de problemas sociales y económicos también. Habla, en realidad, del problema global que abarca su libro: la supervivencia o el colapso de las sociedades.
Para Diamond, un optimista bien informado (lo que es igual a un pesimista que todavía tiene algo de esperanza en que acertemos a cambiar el mundo), hay varios mitos que no nos dejan darnos cuenta de la magnitud y de la inmediatez del problema y que no permiten implementar las decisiones que permitirían solventarlos. Expongo aquí algunos de los más importantes.
1. Las cuestiones medioambientales deben subordinarse a la economía. Falso: los desastres medioambientales cuestan cantidades enormes de dinero tanto a largo como a corto plazo.
2. La tecnología resolverá nuestros problemas. Falso: Las nuevas tecnologías no siempre son exitosas, a veces cuesta un tiempo lograrlo que lo sean y, en ocasiones, suponen un gran impacto sobre el medio ambiente, creando nuevos problemas tanto como resolviendo problemas antiguos.
3. Si se agota un recurso, aparecerá otro nuevo. Falso: no tiene por qué; además, puede que pase un tiempo conseguir explotar adecuadamente ese nuevo recurso.
4. El planeta puede alimentar a todo el mundo. Falso: que haya alimentos de sobra en partes del planeta no significa que estos puedan o vayan a ser transferidos automáticamente a otras partes del planeta en donde sobran, tal y como conocemos de sobra por la historia de los últimos decenios.
5. La salud y la riqueza de los seres humanos no han hecho más que aumentar en los últimos decenios. Falso: Eso podría ser válido para los países de Occidente. Tristemente, ni siquiera es una verdad absoluta para ellos, según estamos viendo desde el comienzo de la crisis (el libro es de 2005). Además, la prosperidad de que goza(ba) el Primer Mundo se basa(ba) en la merca del capital medioambiental del planeta. Aquí, Diamond señala un hecho fundamental: "LA CAÍDA EN PICADO DE UNA SOCIEDAD PUEDE INICIARSE UNO O DOS DECENIOS DESPUÉS DE QUE LA POBLACIÓN ALCANDE SUS CIFRAS MÁS ALTAS Y LAS MAYORES COTAS DE RIQUEZA Y CONSUMO DE ENERGÍA".  Es decir, justo después de que su impacto sobre el medio ambiente sea el mayor de su historia.
En fin, una vez más, el pensamiento mítico -en cuyo desarrollo tiene mucho que ver, en este caso, el sistema capitalista en que vivimos- se opone no al avance, sino a la evolución de la sociedad. Pero en nuestras cómodas casas llenas de tecnología y productos de consumo los mitos nos tienen rodeados. Está por ver si somos capaces de romper este cerco, cada vez más estrecho.

En fin, dejemos de lado el rollo apocalíptico e integrémonos un poco recordando lo bonito que es gente brillante y feliz.

7 de octubre de 2011

Batallas

"En el gran esquema de las cosas, probablemente no era mucho, pero en el pequeño esquema de las cosas, en el microscópico lugar en el que las batallas privadas se ganan y se pierden, contaba como un victoria singular".

2 de octubre de 2011

Contradicciones medioambientales en Córdoba II

Prosigo con la crónica de XIV Seminario Internacional de Periodismo y Medio Ambiente, ya que parece que a algunos os ha interesado la cuestión.
Pese a que la visita a El Cabril no deja de ser un ejercicio de relaciones públicas de ENRESA, es interesante y me depara una alegre sorpresa: el conocimiento de AVERE, un lobby que se dedica a reclamar a la Unión Europea y a los gobiernos de sus países miembros la promoción del uso del coche eléctrico. En su breve (el programa del seminario es muy, muy apretado) exposición nos comentan cómo el coche eléctrico se inventó antes que el coche de gasolina. También nos cuentan cómo la conjunción de intereses de la industria automovilística con la industria petrolera enterró el posible desarrollo de los vehículos con motor eléctrico.
El último día, me salto gran parte del programa. Pero no me pierdo la conferencia de Miguel Ángel Aguilar sobre el periodismo ambiental visto desde los otros periodismos. Evidentemente, el título es una excusa para que Aguilar hable de lo que le dé la gana. Y lo hace. Tras perorar más de media hora sobre la necesidad para los periodistas del contacto humano, del intercambio cara a cara de inquietudes e información, más allá de los adelantos tecnológicos -"twitter, facebook y demás"-, el maestro confiesa que no ha empezado a hablar de su tema y que es una lástima que no le dejen hablar durante cuatro horas -"a lo Castro", pienso yo.
Pese a las autollamadas de atención hacia la concisión, Miguel Ángel Aguilar sigue perorando no se sabe muy bien sobre qué, pero captando la atención de todos nosotros. Termina exponiendo entre las carcajadas del auditorio, un "pequeño ejemplo de periodismo medioambiental". Sobre la pantalla se van sucediendo las imágenes de un power-point que recogen las noticias que aparecieron en su día sobre la llamada "Operación Flecha Rota", el dispositivo de rescate y ocultación de la información sobre el B-52 que se estrelló en la costa del levante español transportando material nuclear. Sí, sí: es exactamente eso: el incidente que nos dio a los españoles la posibilidad de contemplar, durante el resto de nuestra historia, la foto de Manuel Fraga bañándose en las aguas de Palomares.


No juraría que estábamos ante un caso de periodismo medioambiental, pero la exposición de Aguilar, trufada de un fino humor, fue ciertamente desternillante. Y dio paso a un coloquio tan corto como jugoso, en que el maestro estuvo a punto de irse de la lengua en más de una ocasión. Pero, aseguró, "se me ocurren dos o tres perversidades que no voy a decir porque estarían en twitter en seguida" y no conviene, vino a decir, morder la mano que te da de comer. Si este mensaje fue más bien críptico, no lo fue calificar a Nacho Villa de nazi, ni declarar que son una vergüenza las ruedas de prensa que no admiten preguntas. Volviendo al tema medioambiental, aseguró, ante las preguntas de la audiencia, que   el tema del cambio climático, tan fundamental en nuestro tiempo, "no interesa" a las grandes figuras del periodismo.
Con la carcajada y la sensación de haber asistido a una verdadera lección de periodismo, pensé que Córdoba siempre está ahí, pero que uno no sabe cuándo va a volver. La mezquita me llamaba. Está enfrente del Palacio de Congresos en donde se celebraba el Seminario y la elección entre una conferencia sobre contaminación lumínica y la bella luz que despide el edificio fue, para mí, clara. Clara como la sensación de éxtasis que sentí al perderme en su bosque de columnas, mocárabes, rincones cristianizados por el imposible barroco andaluz... Una parte de mí vagará por siempre por él.


En recuerdo a nuestro pasado árabe y, ¿por qué no?, en homenaje a una primavera árabe que esperamos que no termine marchitándose, un clásico de The Clash.