13 de febrero de 2012

Heteronomía

David Held, en su libro Modelos de Democracia, hace una disección de las distintas concepciones que esa palabra tan pronunciada y tan mal conjugada en la realidad ha tenido a lo largo de la historia. Desde la idea de democracia griega a la idea de democracia directa marxista, Held sube y baja por los escalones de las teorías y de la historia para acabar recogiendo en un modelo propositivo su visión de lo que la democracia debería ser.
Para Held, la democracia es un régimen político basado en el principio de autonomía:
"Los individuos deberían disfrutar de los mismo derechos (y, por consiguiente, de las mismas obligaciones)... deberían ser libres e iguales para determinar las condicones de sus propias vidas, siempre y cuando no utilicen este marco para negar los derechos de los otros".
Para que se cumpla este principio, Held asegura que el régimen político debe ajustarse a cinco criterios:
1. Oportunidad de participación efectiva de todos los ciudadanos.
2. Comprensión bien informada.
3. Igualdad de voto.
4. Control de la agenda.
5. Carácter comprensivo (todas las personas adultas con intereses políticos legítimos deben participar de los poderes de la ciudadanía).
Si confrontamos este modelo ideal con la realidad vemos, tristemente, que no sólo no caminamos hacia él, sino que nos alejamos:
-La precarización laboral (ole, ole y ole al último decreto-ley del gobierno del PP) crea personas más preocupadas -lógicamente- por su subsistencia que por cualquier supuesto bien común. Personas que no se preocupan -ni pueden hacerlo- de comprender ni participar.
-Las precauciones de las cúpulas de los partidos mayoritarios por mantener su posición elitista reduce las posibilidades reales de participación tanto dentro de los partidos como en la liza democrática general (ausencia de listas abiertas, leyes electorales progresivamente restrictivas).
-Las alianzas entre partidos políticos, poder económicos y empresas de la información y el entretenimiento crean un "circuito cerrado" a la hora de establecer la agenda de los medios que, en gran medida, es la imagen de la realidad.
Así, frente a un ideal de autonomía ciudadana, caminamos hacia un anti-ideal de heteronomía ciudadana. Es decir, frente al ideal democrático de gobierno del pueblo, el anti-ideal de un pueblo gobernado por fuerzas ajenas a él. Sin, duda, y no sólo por una cuestión etimológica, todas estas palabras cobran sentido en Grecia estos días. Tirando de refranero, por mucho que a mi chica no le guste, diría aquello de "cuando las barbas de tu vecino veas pelar...". 

En fin, por distraernos, les dejo con unas bonitas imágenes de un partido de fútbol en el que no se cumplió aquel famoso dicho de Gary Lineker de que este deporte es un juego de 11 contra 11 en el que siempre gana Alemania (como sabemos ahora, Lineker se trabucó y estaba hablando en realidad de la crisis de la deuda). De hecho, es un partido de fútbol en el que es Grecia quien gana a Alemania. Quién pensaría que eso es posible, a estas alturas.

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